domingo, 6 de junio de 2010

FALTA DE PROFESIONALIDAD

Estas letras son para dirigirme a los señores mandatarios de la fábrica de la luz, y no crean ustedes que lo hago por gusto, pues más bien es por necesidad.
Y paso a decirles el por qué y es que el viernes día veintiuno, tocaron en el portero electrónico de mi casa y claro yo pregunté: “¿Quién es?” y me contestó un señor y me dijo si le podía abrir, pues era de la fábrica de la luz y venía a mirar los contadores y yo le abrí la puerta, hasta aquí todo correcto.
Pero al rato de suceder esto, vuelven a tocar al portero otra vez, y ya saben ustedes que hoy no se le puede abrir las puertas a todo el mundo, con lo cual pregunté quién era, y me contestó otro señor y me dijo que si le podía abrir la puerta pues venía a ver los contadores de la luz, claro como ustedes comprenderán ya esto no me parecía muy normal que en tan pocos minutos volviera a llamarme otro señor para ver los contadores, así que le dije: “Oiga es que hace un momento me ha llamado un señor diciéndome lo mismo que usted”, pero en ese momento otra persona le abrió la puerta y este señor entró y yo la verdad es que aquello no me pareció algo muy normal, ya que este otro señor se puso a hablar con otra persona, entonces yo abrí la puerta de mi casa para ver qué pasaba y cuál fue mi sorpresa cuando escuché que este señor le dijo a la persona con quien estaba hablando: “Mira te voy a dejar porque no quiero que esta mujer me vuelva a echar la bulla” y la otra persona cerró su puerta, entonces yo desde mi casa, me dirigí a este señor y le dije “Mire yo no le he echado a usted ninguna bulla, tan sólo le he dicho que hacía un momento que me había llamado otro señor y me había dicho que le abriera la puerta para poder ver los contadores y usted bien sabe que ahora no están las cosas para abrirle la puerta a nadie, y menos si ya se la he abierto a otro señor y me ha dicho lo mismo que usted”, entonces él desde abajo sin ni siquiera mirar hacia arriba me contestó: “No sólo es que usted me ha echado la bulla, sino que le ha faltado poco para pegarme”, cosa muy incierta.
Por eso se lo digo a ustedes, que a mí me exigen tanto, yo creo que para eso lo primero que deben hacer es tener a su servicio un personal que sea competente, ya que ahora quién me dice a mí que este señor después de su comportamiento incorrecto no me ha puesto más kilovatios de los que he consumido, debido al enfado que cogió por lo que yo le dije.
Espero que tomen ustedes cartas sobre este asunto, y antes de exigir procuren tener a un personal cualificado, ¿no les parece que esta sería una buena idea?

Angelita Hernández López
© La Dama de Melilla

LIBERTAD: ¿ESO QUÉ ES?

Señores mandatarios de la fábrica de la luz llamada Gaselec, aquí les digo el por qué de mi pregunta, que se trata de lo siguiente y es que si yo no quiero pasar mi recibo de la luz por ningún banco, ya que lo que quiero hacer es lo que he hecho siempre, que ha sido pagar mi recibo sin domiciliarlo, el cual he procurado llevarlo siempre al corriente; el por qué ahora ustedes me obligan a tener que pagarlo por un banco, ya que si no lo hago así me suelen cobrar la cantidad de seis euros en cada factura si no hago lo que me dicen que tengo que hacer.
No les parece que con este detalle están ustedes coartándome, obligándome a hacer lo que yo no quiero, o sea, quitándome la libertad de poder hacer yo las cosas como quiera, y que ustedes mientras yo les pague mi recibo, no tienen por qué decirme nada.
Deben dejarme que yo les pague como quiera, ya que si no lo hacen así, me están quitando esa ya tan manida y cacareada libertad que ustedes dicen que existe hoy, pues yo creo que con esto lo único que están haciendo es contradecirse ustedes mismos. Yo por eso les hago esa pregunta, que espero me la puedan aclarar, ya que una de dos o tenemos libertad o no la tenemos, en qué quedamos.
Espero que si ustedes no me lo pueden aclarar, que haya alguno de los políticos que esto les incumba que tomen cartas en el asunto, pues creo que ellos están en el derecho y la obligación de defender a los ciudadanos de cosas como esta por ejemplo, ¿no les parece?
Y yo les quedaría por una vez muy agradecida.

Angelita Hernández López

© La Dama de Melilla

QUÉ PENA ME DA COMO ESTÁ CORREOS

Sí, señores Mandatarios esta es la pura verdad que cuando yo veo lo mal que está este edificio, y veo que ustedes que son las personas que están encargadas de solucionar los problemas de esta Ciudad y no lo hacen, yo quisiera saber por qué, y para que vean que esto es así, aquí les pongo un ejemplo.
Hace unos días fue un señor a poner un pequeño paquete, y solicitó de la persona que estaba a cargo de este menester que le diera un sobre acolchado para poder mandarlo, y esa persona le dijo que no tenían sobres para ello, pero lo curioso no fue solo eso, sino que este señor estaba viendo que le estaban mintiendo, ya que allí sí que había sobres, claro entonces le dijo a la señora que lo estaba atendiendo, “No me diga usted que no tiene sobres porque yo desde aquí los estoy viendo”, entonces ella le contestó “Pero esos sobres yo no los puedo tocar porque están cerrados con llave y esa llave sólo la tiene mi jefe y solo viene por las mañanas”, con lo cual este señor después de estar un buen rato en la cola se tuvo que ir sin poder cumplir con su cometido, yo lo digo aquí porque a mi me cogió allí y pude presenciar todo lo que aquí digo.
Y qué quieren que les diga, pues que entonces a mí se me fue inmediatamente la cabeza hacia otros tiempos, cuando a las personas que les correspondía el hacer estas cosas, siempre las solían hacer bien.
Además yo recuerdo cuando era más joven que iba a aprender a coser a Telégrafos lo bien que estaba este ahora arruinado edificio, pero entonces era una verdadera maravilla pues yo entraba por la parte de telégrafos y todo estaba en perfectas condiciones, y también podía entrar por la puerta de correos y nada más entrar, te dabas cuenta de lo hermoso de este edificio pues tenía a cada lado una “caseta” con un señor dentro para poder poner los sellos y no había que guardar ninguna cola, además que estos señores te trataban con toda la amabilidad del mundo.
Pero la cosa no quedaba ahí, ya que para entrar había una puerta giratoria que le daba mucho señorío a dicho edificio, y cuando la traspasabas se encontraba una mesa con un conserje y después dentro también había otro señor que estaba sentado como en una especie de “caja” de esas que habían entonces en las tiendas para que pudieras pagar, pero la misión de este señor no era la de cobrarte nada ya que él para lo que estaba allí era por si alguna persona dudaba de algo, él se lo explicaba y se lo hacía, y todo estaba muy bien cuidado y limpio, cosa que hoy desgraciadamente no lo está, ya que después de que parece una ruina también está muy pero que muy sucio, y por si esto fuera poco las personas que te tienen que atender, ya que para eso se les paga, te atienden mal la verdad es que esto es más bien una vergüenza ¿no les parece a ustedes? pues a mí sí y por eso les rogaría que restauraran dicho edificio y no lo dejaran perder más para luego echarlo todo abajo pues yo creo que ese hermoso inmueble es un patrimonio de nuestra Ciudad.
También recuerdo que había una habitación entrando a la derecha donde se encontraban tanto de noche como de día una pareja de la policía, y unas escaleras por donde subiéndolas se podía ir hasta telégrafos, y esto lo digo porque yo lo he vivido en primera persona que no es que me lo ha contado nadie, por eso lo digo con tanta seguridad ya que yo tenía que ir allí todos los días excepto los domingos.

Angelita Hernández López

© La Dama de Melilla

MUCHAS GRACIAS DON JOSÉ ANTONIO CANO

Permítame que me dirija a usted, Señor José Antonio Cano, para darle las gracias por acordarse en su charla de la persona que yo tanto quiero en este mundo, que no es otro que a mi padre, pues todos los años que yo tenga que estar aquí jamás podré olvidar el que se haya acordado de como le he dicho, nombrar en su charla sobre las Minas que el pasado viernes dio en la sede de la Asociación Recreativa Los Cabales, a ese gran hombre que siempre fue Fernando Hernández Gil, al que yo tengo el orgullo de poder ser su hija, y por eso le tengo que en estas letras que están escritas, no con mis manos, sino con el corazón de esta hija que tanto lo recuerda y quiere, darle las más sinceras y emotivas gracias a su persona por acordarse de él, y desde lo más hondo de mi alma, pedirle a Dios que tanto a usted como a su familia les dé mucha salud, a usted para que pueda hacer el bien, y a su familia para que siempre puedan estar a su lado apoyándole en todo lo que se proponga hacer.
Espero que no se moleste conmigo por dirigirme a su persona con tanta libertad como lo estoy haciendo, pero es que yo a las personas que como usted lo que hace es recordar a otras tantas personas que están por algunos hoy olvidadas, no tengo más remedio que estarle y perdone si me repito, agradecida de que se acuerde para que esas otras personas que no los recuerdan, gracias a usted se den cuenta que en esta bendita Tierra nuestra que es Melilla, sigue siendo ese lugar de grandes hombres y mujeres, que aunque ahora ya no estén en ella, pero que sí han dejado su huella, de que siga siendo la caritativa, y en la que como él decía siempre “hay hombres y mujeres de manos apretar”, y con ese apretón de manos tengan bastante para ayudarse los unos a los otros, para que podamos convivir las cinco Culturas que en ella seguimos viviendo con toda la normalidad y muy a gusto.
Y ya para no cansarle más, reciba un saludo que sea extensible a los suyos de esta hija agradecida,
Angelita Hernández López.

©La Dama de Melilla.