domingo, 6 de junio de 2010

QUÉ PENA ME DA COMO ESTÁ CORREOS

Sí, señores Mandatarios esta es la pura verdad que cuando yo veo lo mal que está este edificio, y veo que ustedes que son las personas que están encargadas de solucionar los problemas de esta Ciudad y no lo hacen, yo quisiera saber por qué, y para que vean que esto es así, aquí les pongo un ejemplo.
Hace unos días fue un señor a poner un pequeño paquete, y solicitó de la persona que estaba a cargo de este menester que le diera un sobre acolchado para poder mandarlo, y esa persona le dijo que no tenían sobres para ello, pero lo curioso no fue solo eso, sino que este señor estaba viendo que le estaban mintiendo, ya que allí sí que había sobres, claro entonces le dijo a la señora que lo estaba atendiendo, “No me diga usted que no tiene sobres porque yo desde aquí los estoy viendo”, entonces ella le contestó “Pero esos sobres yo no los puedo tocar porque están cerrados con llave y esa llave sólo la tiene mi jefe y solo viene por las mañanas”, con lo cual este señor después de estar un buen rato en la cola se tuvo que ir sin poder cumplir con su cometido, yo lo digo aquí porque a mi me cogió allí y pude presenciar todo lo que aquí digo.
Y qué quieren que les diga, pues que entonces a mí se me fue inmediatamente la cabeza hacia otros tiempos, cuando a las personas que les correspondía el hacer estas cosas, siempre las solían hacer bien.
Además yo recuerdo cuando era más joven que iba a aprender a coser a Telégrafos lo bien que estaba este ahora arruinado edificio, pero entonces era una verdadera maravilla pues yo entraba por la parte de telégrafos y todo estaba en perfectas condiciones, y también podía entrar por la puerta de correos y nada más entrar, te dabas cuenta de lo hermoso de este edificio pues tenía a cada lado una “caseta” con un señor dentro para poder poner los sellos y no había que guardar ninguna cola, además que estos señores te trataban con toda la amabilidad del mundo.
Pero la cosa no quedaba ahí, ya que para entrar había una puerta giratoria que le daba mucho señorío a dicho edificio, y cuando la traspasabas se encontraba una mesa con un conserje y después dentro también había otro señor que estaba sentado como en una especie de “caja” de esas que habían entonces en las tiendas para que pudieras pagar, pero la misión de este señor no era la de cobrarte nada ya que él para lo que estaba allí era por si alguna persona dudaba de algo, él se lo explicaba y se lo hacía, y todo estaba muy bien cuidado y limpio, cosa que hoy desgraciadamente no lo está, ya que después de que parece una ruina también está muy pero que muy sucio, y por si esto fuera poco las personas que te tienen que atender, ya que para eso se les paga, te atienden mal la verdad es que esto es más bien una vergüenza ¿no les parece a ustedes? pues a mí sí y por eso les rogaría que restauraran dicho edificio y no lo dejaran perder más para luego echarlo todo abajo pues yo creo que ese hermoso inmueble es un patrimonio de nuestra Ciudad.
También recuerdo que había una habitación entrando a la derecha donde se encontraban tanto de noche como de día una pareja de la policía, y unas escaleras por donde subiéndolas se podía ir hasta telégrafos, y esto lo digo porque yo lo he vivido en primera persona que no es que me lo ha contado nadie, por eso lo digo con tanta seguridad ya que yo tenía que ir allí todos los días excepto los domingos.

Angelita Hernández López

© La Dama de Melilla

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