EL LAZO BLANCO
Quiero contarles esta historia totalmente real que le ocurrió a una señora amiga mía, y es ésta tal y como le pasó:
Recuerdo que cuando se solía hacer alguna cosa para ayudar a la mujer maltratada, ella siempre estaba allí presente para hacer lo que fuera por esa causa tan humana y justa, pues bien resulta que por cosas de la vida, en una ocasión a esta Señora le ocurrió algo muy desagradable, hasta tal punto que la estuvieron siguiendo y todo; yo creo que eso sí que es un maltrato psicológico, pues bien esta señora ya llegó un día que no sabía que hacer, ya que nadie la quiso escuchar.
Esto era por el año 2005, y claro ella pensó en que existía un sitio donde se solía ayudar a las mujeres que sufrían alguna clase de maltrato y se dirigió a ese sitio.
Pues bien, entonces las dos Señoras que estaban encargadas de poder ayudarle, le dijeron que ellas lo sentían mucho, pero que no podían hacer nada por ella, claro ella se quedó helada al escuchar de esas dos personas y que además eran también mujeres como ella, las palabras que le contestaron, ya que se supone que ellas están para eso, y que por eso existe la Viceconserjería de la mujer, para cuando una mujer lo necesite, ayudarla.
Pues yo creo que por ese trabajo, que no suelen hacer, se les paga y además un muy buen sueldo, por lo tanto deben de cumplir con su deber y no dar de lado a ninguna mujer que les pida ayuda, ¿no les parece?
¿Se imaginan cuando esta Señora pasa y ve ese lazo blanco lo que le pasa por su cuerpo?, pues yo como lo sé se lo diré, y es que se le hiela la sangre en sus venas y su corazón le parece que se le va a salir del pecho, y yo creo que con toda su razón.
Y he aquí mi pregunta, ¿me pueden ustedes decir para qué sirve ese Lazo Blanco si las personas que lo ponen no hacen la verdad de lo que significa?
Como siempre digo, yo pediría que se tomaran estas personas su trabajo con más interés, que sería lo más justo ¿no les parece? y de esa forma no sufrirían las personas de bien tanto.
Angelita Hernández López
©La Dama de Melilla
martes, 12 de enero de 2010
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